martes, 27 de agosto de 2024

Cómo hacer que te pasen cosas buenas (Marian Rojas Estapé)

Me pasa algo con los libros de autoayuda, y es que tenía un prejuicio muy fuerte por la cantidad de charlatanes que existen, pero de este libro destaco que lo escribió una profesional del área de la salud mental con más de 10 años de experiencia, donde nos relata estudios serios que nos demuestran cómo pueden afectar los niveles de cortisol en nuestra salud, no solo mental sino que también física.

Me pasa algo personal también que creo yo no sirve mucho repetirte palabras bonitas de superación como "soy hermosa, yo todo lo puedo hacer" o cosas peores como mirarte todos los días al espejo y repetirte que puedes. Creo yo que lejos de ayudarte, solo te animan a realizar un ritual vacío y carente de lógica que finalmente tienes que repetir como autoconvenciéndote de que puedes, pero sin intentarlo realmente. Lo digo porque cuando uno está seguro de algo, por ejemplo, si tú manejas, no tienes que repetirte todos los días que puedes hacerlo, quizás sí al principio cuando recién aprendes, pero no necesitas repetírtelo cuando ya lo has interiorizado. Entonces, creo yo que si algo te obliga a repetírtelo durante mucho tiempo, en realidad no estás haciendo en la práctica mucho por eso. Hago este acápite para ilustrar lo que pienso de la mayoría de los libros de autoayuda, aunque creo que este no es el caso, aunque haya citado a Goleman en uno de sus párrafos (sí, pienso que Goleman es un charlatán, pero lo escribiré en otra ocasión).

El libro en sí, te presenta varios fragmentos que desarrollan un poco la historia y problemática de los pacientes de Marian. Es difícil no sentirse un poco o mucho identificado con alguno de sus pacientes, o también reconocer personas que uno mismo conoce. Este libro es una guía para estar mejor con uno mismo. Uno de los puntos claves es rodearse de personas vitaminas, interesarse por las personas genuinamente, intentar recordar cosas y la verdad es que tiene sentido, no es algo que no haya leído en otro libro, pero es verdad. Cuando alguien te pregunta por tu hijo enfermo o por algo que le habías comentado, te da gusto y alegría y así ves que esa persona también le agrada recibir una sonrisa de vuelta. Creo que todos deberíamos aprender a ser un poco más amables con nosotros mismos y los demás.

Al poco tiempo de leer estos consejos, los quise poner en práctica y les hablé afectuosamente a mis tías, y sí resultó, aunque como yo soy una persona reacia al diálogo y comunicación afectiva, me costó un poco seguir, pero sí se sintió bien y  creo que ellas también se sintieron bien. De hecho, una de esas tías se va a operar próximamente, así que le preguntaré cómo está, cómo se siente, si está nerviosa, esto lo hare por que me importa y creo que le hará bien un poco de apoyo.

En sus primeras líneas, Marian nos habla del trauma, una herida que no se trata es un trauma, y responde a una de mis interrogantes: ¿una persona víctima de abuso sexual puede superarlo? Pareciera que si las condiciones son óptimas, sí, se puede. Por condiciones óptimas nos referimos al apoyo de los cercanos, contarlo y trabajar en superarlo con ayuda terapéutica. Si todo eso está, entonces se puede. Nos relata una historia de una niña que pudo superar un incidente traumático. Ella le contó a sus padres de inmediato, quienes dudaron de lo relatado. Se trataba de un amigo de la familia que parece que no mostraba, como siempre, signos de ser un abusador, pero igualmente acudieron a su consulta y con trabajo la chica pudo superarlo y no fue un trauma para su vida.

Hay estudios súper interesantes de los que habla el libro, por ejemplo, de la relación que existe entre el alzhéimer y la soledad, o del estrés (cortisol). Nos relata cómo esta hormona puede afectar nuestra salud mental y fisica. Básicamente, y creo que lo he dicho en otros comentarios de libros, el cerebro no distingue entre lo real o la imaginación. Con esto no me refiero a que no distinga si estás viendo un paisaje o una simple botella y no sepa si es real o no. Por convención te darás cuenta de que existe, pero se refiere al terreno de los pensamientos. Si un día, por ejemplo, estabas en el cine y se activó la alarma de terremoto o algo así y tienes que evacuar, todo tu organismo se pondrá alerta, para huir. Bueno, el cerebro se prepara para irrigar más sangre y todas esas cosas. Pero si un día estás en el cine nuevamente y traes a la memoria ese momento, puede que recuerdes la misma sensación y te pase lo mismo, la misma angustia, aun cuando no ha pasado nada, solo por el hecho de recordarlo. También hay una relación interesante entre el cáncer y, por ejemplo, reprimir emociones.

Todos, bueno no sé si todos, pero conocemos a alguien que está siempre enfermo, y le preguntas si ha ido al doctor y te cuenta que no le encuentran nada, pero si ahondas más en su día a día te puedes dar cuenta de que es una persona que vive en una constante lucha por reprimirse, por no darle cabida a lo que siente. Quizás algún marido o esposa exigente que quiere ver la casa limpia, un plato de comida al llegar del trabajo sin siquiera preguntar cómo estuvo el día o sin siquiera ayudar en las labores cotidianas.

Al final de cuentas, el cuerpo somatiza. Es mejor de repente desbordarse y derramar algunas lágrimas. Un investigador estudió las lágrimas y encontró altos niveles de cortisol, es decir, al llorar lo liberamos, por eso nos sentimos mejor luego de una lloradera.

Tengo un caso muy cercano de una abuela que parece estar bien y siempre la vi llorando por todo. Y otra abuela que tiene serios problemas de memoria, y nunca la vi llorar.

Ahora bien, no basta con querer o repetirte cosas bonitas como lo decía al principio. Puedes tener una actitud más positiva, pero si no liberas preocupaciones igual el cuerpo termina pasándote la cuenta. Aquí un ejemplo:

Ayer mi hija enfermó, que un hijo enferme es un problema no solo porque se siente mal sino por todo lo que acarrea, no llevarlo al jardín, y en resumidas cuentas si no tienes una red de apoyo, que no puedes trabajar. Como me lo indicó el libro, mantuve todo el día una actitud positiva, incluso me replanteé todo, me dije ya ¿qué te molestaba tanto de no mandar a tu hija al jardín? Me respondí, que no pueda trabajar y que piensen que la uso de excusa para no hacerlo. Pero racionalicé que en realidad es poca las veces que se enferma y tengo que ausentarme por esa razón. Luego dije y ¿qué es lo más grave que pueda pasar? ¿que me despidan? Pero eso no va a pasar tan así. Hablé con mi jefe y le conté, como siempre hubo mucha comprensión, sin embargo al final del día, me sentía hinchada y me dolía mucho el estómago. Básicamente aprendí a tener otra actitud, a hacer cosas, pero la angustia estaba ahí igual, no se fue, cambió mi actitud que antes era de enojarme pero el cuerpo igual lo resintió. Es chistoso porque si me hubiera enojado como antes, quizás no me hubiera sentido mal después, ¿Qué falló? no liberé correctamente ese estrés. Una de las mejores formas de liberar cortisol dice el libro y también lo puedo corroborar es haciendo ejercicio. Pero tampoco hay que estresarse o sobreexigirse porque el cuerpo podría también asimilarlo como una amenaza, así que hay que irse tranqui. "Lo realmente perjudicial sucede cuando, desaparecida o siendo infundada dicha amenaza, la mente y el cuerpo siguen percibiendo la sensación de peligro o miedo".

Recomiendan mucho el mindfulness, yoga o pilates. Yo elijo saltar la cuerda mejor. También escuchar música, ya que la música tiene un efecto liberador. Cantar, yo misma lo he experimentado. ¡Así que voy a organizar fiestas de karaoke para la Marti, jaja! Sería bonito que ella recordara cosas buenas de su infancia, no como yo, que no tengo nada bueno que recordar.

Hay un evento que realizan los japoneses, que por su cultura sabemos que no son muy dados a expresar sus emociones, en donde lloran. Imagínense, se juntan y se permiten llorar como forma de terapia, y al parecer les funciona y salen más estables de ahí.

El libro nos invita a hacer varias cosas para estar mejor, como descansar, aprender a respirar, desconectarnos, es interesante la relación que hace con las redes sociales o la tecnología hacia el final. Hay una historia de una influencer que se siente deprimida, va a su consulta y en todo momento nunca se despega del teléfono. Todos, nuevamente recurro al populismo, conocemos a alguien que no se despega del celular, ¿o no? Que sube historias todo el día, como si su vida se tratara de un reality, fotos de paisajes hermosos, pero los disfrutará realmente. ¿Podrías estar en un lugar hermoso contemplarlo, sin tener la necesidad de tomarle una foto? Yo no, y me alegro de eso porque después puedo recordar gracias a eso, pero a veces nos pasamos, quizás tomar la foto y luego guardarla no es necesario  publicarlo todo o no?

En lo personal este libro me ha ayudado mucho, quiero regalárselo a mi papá que pasa teniendo problemas digestivos y creo que la causa puede estar en justamente lo estresado que está, y no veo en su vida diaria que libere ese estrés. Insisto, no todo es actitud, porque la actitud es para afuera, lo que los demás ven, pero por dentro uno puede estar muriendo o pudriéndose sin embargo, tener la mejor actitud.

También hay una parte donde menciona la relación entre el crecimiento y el estrés. Yo tuve una infancia muy mala, sometida a hartos niveles de estrés donde no se me permitía llorar, ¿será por eso que no crecí más de mi 1.47? Ahora 1.45 después del embarazo, puede ser.

Hay que verse cabros, hay que cuidarse, estar tranquilos, más conectados con el presente, con el disfrute de las cosas simples, y no estresarse por cosas que escapan de repente a nuestro control. Rodéate de personas vitamina y si no, mejor quédate solo, jaja.

Excelente libro para aprender a gestionar emociones, aunque no lo es todo, si se puede, hay que ir a terapia. Lo recomiendo porque en general da bastante esperanza para todo, tiene estudios muy interesantes que ya mencioné, además te lo dice alguien que sabe.

En estos tiempos es fundamental, creo yo, aprender a gestionar nuestras emociones, porque el bloqueo físico y mental que acarrea no hacerlo puede tener consecuencias muy terribles para nuestra vejez y nuestro presente. Es el desafío más importante, creo yo, del hombre y mujer del siglo XXI.

En resumen, el cortisol es malo, hay que evitarlo. El libro te enseña cómo evitarlo, qué cosas puedes hacer para liberarlo. Ojo que el cortisol es bueno en algunas ocasiones, nos advierte del peligro y nos hace reaccionar de la mejor manera frente a amenazas, pero ¡reales! Hay que aprender a diferenciar las amenazas reales de las que obviamente también lo son, pero podemos gestionar de otra manera.




No hay comentarios:

Publicar un comentario