martes, 26 de marzo de 2024

1984 George Orwell

Mis percepciones de este libro son varias; personalmente, lo considero una obra maestra para ilustrar, aunque de manera distópica, los horrores de la política, ya sea esta de izquierda o de derecha. Da igual quién gane. A pesar de que Eric Blair se considerara de izquierda y los zurdos proclamen esta obra como un ejemplo de cómo mejorar y no caer en los vicios del pasado, para mí no es más que ilustrar de manera algo exagerada y devastadora lo que representa esta clase política y en realidad todas, pero en general las izquierdas, que usan a la prole, a la clase media, como bandera de lucha, pero en el fondo no les importa más que como un medio para conseguir el poder.

El libro relata la historia de Winston, podríamos decir que trabaja para el partido modificando la realidad de algunos acontecimientos de tal manera que estos sean consistentes con lo que en el presente dice o no el partido. Apenas le alcanza para lo básico y vive en condiciones bastante paupérrimas, pero se le hace creer que está mejor que nunca. Él comienza a escribir en un libro sus ideas acerca de cómo vive y lo que piensa acerca del régimen imperante. Esto, obviamente, está prohibido por el partido, además de tener sexo, de tener opinión, usar algunas palabas, apagar el televisor que te vigila las 24 horas del día. Debes pensar como el partido indique. Se enamora de Julia, lo que no hace más que empeorar todo. Recordemos que ya bastante traición se consideraría que encontraran el libro que en el que el escribía sus elucubraciones. Alucina con que exista la hermandad, un movimiento dedicado a terminar con el Gran Hermano , y en ese convencimiento arrastra a Julia y a él hacia O'Brien. O'Brien le ofrece un falso cobijo, una falsa ilusión de que antes fue distinto y efectivamente existe un movimiento capaz de destruir al partido. Me detengo para dar un respiro; el libro es fascinante y aún tengo fresca en mi memoria sus pasajes. Julia y Winston encuentran un lugar donde dar rienda suelta a su amor y son descubiertos, lo que para ellos no significa ninguna sorpresa, pues sabían que ese día llegaría tarde o temprano.

Winston es torturado por meses por O'Brien, el falso aliado, quien intenta convencerlo de que estaba loco y que deben curarlo, que el Gran Hermano es bueno. Hay una parte que encontré fascinante donde en la tortura le pregunta por qué cree que deben ser gobernado por ellos, por qué en el fondo unos pocos deben tener el poder de gobernar a los demás. Y Winston le responde que es porque los demás somos débiles y necesitamos orden, o algo así. A lo que él energéticamente responde que no es así, que es por el poder. Sí, tener poder, la sensación de poder absoluto sobre las masas y que eso solo se consigue por medio de horror, la tortura. Sin eso no hay poder.  El ser humano debe despojarse de lo que es y debe ser subyugado para así preservar el poder de quienes lo gobiernan. Ya hacia el final, Winston, sin cabello, famélico y sin dentadura, es obligado a mirarse al espejo, no se reconoce, es un despojo humano y O'Brien le dice que si acaso existe la humanidad él es el último hombre. Luego, como que lo "perdonan", empieza a comer más, se le ve más "gordito" y llega O'Brien otra vez. Bueno, entre paréntesis, el motivo de por qué no lo matan y ya, dice O'Brien, es porque no sirve que su alma siga pensando que su "herejía" es válida, deben despojarlo de eso y debe morir redimido, y eso lo lograrán por medio de la tortura (Hay tres fases del proceso). Winston le temía a las ratas y le ponen un mecanismo donde una jaula da a su cabeza; este comienza a temblar del terror y termina suplicando que por favor no se lo hagan a él, que se lo hagan a Julia, que le devoren las ratas a Julia. En ese momento él deja de verla como la veía. Es como si se traicionara el amor, en ese instante. 

Se vuelven a ver pero han eliminado en ellos el deseo o amor del uno por el otro. Solo intercambian algunas palabras y se despiden. Winston ha aceptado que ama al Gran Hermano y finaliza todo.

Este es un resumen bien a mi manera, pero hay detalles como los cuenta Orwell que no puedes dejar de pensar en ellos. El hecho de cómo cambian el lenguaje, por ejemplo, "la nueva" lengua... ¿quién hace eso? Con eso de que hoy se debe decir "todos y todas" (o mes ridícule aun cambier todes les "o" y "a" por e), que cualquiera se puede identificar con lo que sea. Eso de sentirse ofendido por el lenguaje y querer cambiarlo, perdonen, pero es muy de izquierda. Y después de leer "El economista callejero", no me cabe la menor duda de que aunque les duela a los zurdos, hay más de capitalismo en Orwell que de socialista. El socialismo quizás alguna vez fue bueno (nótese la blasfemia que estoy diciendo), pero es inconsistente con la actualidad con el avance tecnológico. No en balde en el libro se habla de eso también, de cómo querían frenar el avance tecnológico, que no querían que la humanidad avanzara porque llegaría el día que no existiría tal división de clases, la gente podría vivir de sus talentos así no habría poder de uno sobre otros.
Como vemos, a Winston el partido no lo mata, puesto que esto supondría convertirlo en un mártir, y eso es lo que no se quiere: tener figuras que podrían ser usadas luego como arma de defensa. En lugar de esto, se le reduce a la mínima expresión humana, carente de voluntad, pero jamás un mártir. Como lo ha hecho y sigue haciendo la izquierda en este país, que cada año se llena la boca hablando de DDHH y detenidos desaparecidos para simpatizar con la audiencia, pero sin importarle ninguno de los dos lo más mínimo.

En fin, puede que algo se me escape, pero más allá de toda polémica, es una obra que vale la pena leer, analizar y comprender. Más allá de la ficción, creo que es un llamado a reflexionar sobre los regímenes totalitarios que vengan de donde vengan son malos. ¡Viva la libertad de pensar diferente, que no nos impongan ideas sobre nuevos géneros que existen ni impongan nuevos lenguajes que complican el entendimiento! 



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