jueves, 5 de septiembre de 2024

Un mundo feliz (Aldous Huxley)

Un mundo Feliz es la 4ª distopía que, al menos, recuerdo y creo que este va conformándose como mi subgénero favorito.

En Un Mundo Feliz se nos presenta una civilización dividida en castas: están los alfas, beta, gama, epsilon. Cada casta tiene su función en la civilización, no existe la movilidad social, y no existe el concepto de familia, ni padre o madre. Todos les pertenecen a todos dentro de sus castas.

Cada uno de ellos está condicionado desde el momento en que son fabricados, porque no nacen de la forma tradicional en que todos sabemos, sino que son elaborados en fábricas donde les suministran distintas hormonas, elementos, sustancias para condicionarlos a la forma de vida que les tocará vivir.

Todos son condicionados por medio de la hipnopedia, que consiste en repetirles una serie de palabras sin razonamiento mientras duermen durante sus primeros años de vida. Los condiciona, por ejemplo, a odiar las flores, a pensar que los Gama son tontos o que los Alfas son inteligentes. Algunos también los condicionan para que no arreglen la ropa que se estropea, sino que gasten en nueva ropa. En el libro, esto se define como la mayor fuerza socializadora y moralizadora de todos los tiempos.

Al poco andar la historia, se nos relata la presencia de Bernard, un Alfa que parece salió mal porque es un poco más bajo que los demás. Él representa el típico personaje de distopía que desprecia la realidad, está en contra y parece siempre estar en contra de lo establecido. Él se siente atraído por Lenina, una Beta bien neumática. No sé si es una pifia mía o desconcentración mía, pero nunca entendí lo que era ser neumática, no lo dicen, pero me da la impresión de que se refiere a la apariencia atractiva y voluptuosa de su cuerpo. Lenina se muestra interesada en Bernard, al parecer porque quiere ir al Malpaís a conocer a los salvajes y porque también lo encuentra diferente. Bernard al principio se muestra como un hombre reservado, taciturno y pareciera siempre estar refunfuñando. Él no consume soma. El soma era una sustancia como una especie de droga que te hacía feliz y olvidar los problemas. Con el soma no envejeces ni te enfadas, también puedes irte de vacaciones de soma. Es el responsable del control social, ya que los mantiene tranquilos y felices. En el fondo, el soma controla la libertad de expresión de las personas.

Bueno, cuando van al Malpaís, Bernard y Lenina se encuentran con John, el salvaje, y su madre. Ella, al parecer, también fue una Beta que, en un viaje de hace años, quedó atrapada en ese lugar. Tomakin la deja ahí, embarazada, dicho sea de paso, en esta sociedad el embarazo está prohibido, solo se toman sucedáneos de embarazos, no sé con qué fin.

Bueno, John al parecer es muy parecido a lo que sería un Alfa. Él crece siendo despreciado por sus pares por ser blanco y no lo incluyen en ninguno de sus rituales. Él sufre por eso y a la vez sueña con ese mundo que le cuenta Linda, su madre, del que perteneció. Cuando Bernard reconoce la historia de estos dos seres, que antes le fue relatada por el mismo Tomakin, encuentra en ello una oportunidad para volver con ellos, desenmascarándolo y siendo portador de un gran descubrimiento. Los decide convidar a ambos a la civilización. Tanto el salvaje, como será llamado desde ahora John, y como naturalmente es llamado en el libro, como Lenina, sienten una atracción mutua que se prolonga una vez en la civilización.

Una vez en la civilización, Bernard cambia totalmente de semblante, se vuelve casi una celebridad, y todo de lo que renegó pareciera ahora gustarle. Se insinúa con las mujeres que no se le resisten, tiene una actitud más avasalladora y consume soma, que siempre se había rehusado a tomar por considerar que coartaba el sentir verdadero de la realidad, como lo comenta con su amigo Helmholtz. Este amigo es como una especie de escritor que también resiente la realidad en la que viven.

Todo marcha bien hasta que John empieza a disgustarse con cómo es tratado en la civilización y cómo ve que tratan a Linda, su madre. Para empezar, el concepto de madre no existe y la vejez tampoco. Linda no era aceptada porque a sus 40 años lucía vieja y gorda. Ahora me llama la atención y he aquí una crítica personal: si los que nacían en esta civilización no conocían otra cosa más que su realidad perfecta e inmutable, ¿cómo sabían o conocían el concepto de vieja o gorda si no estaba dentro de sus conceptos? Eso me parece un poco raro, pero en fin, ¿detalles o no?

Bueno, como iba contando, queda la escoba cuando, en una reunión con gente súper importante, John decide no presentarse, entonces Bernard queda como chaleco de mono.

Aquí el salvaje empieza como a revelarse un poco, y ya no se muestra tan feliz con la vida que imaginaba de niño, la empieza a detestar. También toda la atracción que siente por Lenina empieza a mutar. Ella se muestra deseosa de él, se le insinúa, pero él quiere ir despacio, la respeta, conceptos que no existen en esta sociedad. Lenina no entiende por qué no quiere estar con ella, empieza a reconocer que lo ama más que a nadie. En un momento ella se le lanza, se desnuda, y el salvaje se espanta a tal nivel que la golpea y ella termina escondiéndose en el baño. Luego lo llaman y así Lenina puede huir.

La historia empieza a pintar mal con la muerte de la madre de John. La madre, por su lado, ya que no lo he mencionado, está feliz con el regreso, consume soma todo el día para evadirse, y con esto también avanza su vejez y próxima muerte. Es impresionante cómo ven los niños o, mejor dicho, cómo se los condiciona desde pequeños a ver la muerte como algo bueno e inevitable. Los llevan donde están los moribundos y les dan chocolate y dulces mientras mueren, para que lo asocien a algo bueno. El salvaje ve esta enseñanza con su madre y se espanta, hasta golpea a uno de los chicos, ante lo cual viene la enfermera y lo reta. Muere su madre y el salvaje, envuelto en la tristeza que caracteriza un momento así, ve cómo nadie entiende y más aún lo conminan a que se calme y se comporte. Él quiere llorar, grita, pero solo recibe de un mundo que lo debiera contener reproches, insinuando que está dando un muy mal ejemplo para esos niños.

El salvaje sale del lugar donde se encontraba su madre y cuando ve a un tipo que está repartiendo soma a unos delta o epsilon, enloquece y les grita si acaso no quieren ser libres, que no tomen ese veneno que los ciega. Rompe las cajas de soma y llega la policía y se lo lleva a él y a los otros dos. Bernard y el otro de apellido raro, el amigo que, dicho sea de paso, había hecho buenas migas con el salvaje. Ambos parecen que eran admiradores de Shakespeare.

Para resumir el final, todos menos el salvaje, debido a su comportamiento, son enviados a vivir a unas islas. Los envía Mustafá Mond, un tipo bien bonachón que es uno de los controladores del orden mundial pero parece entender muchas cosas.

Tienen una conversación súper interesante con el salvaje. Él le pregunta por qué, si pueden fabricar gente inteligente, no los hacen todos así. A lo que él responde que una vez se hizo un experimento resultando en una sociedad nada productiva, al final todos se creían inteligentes y no estar destinados a hacer labores menores de lo que su intelecto les permitiría. Imagínense, entonces no cultivaban la tierra, no se ensuciaban, y todo mal. Luego de eso decidieron que era mala idea.

Bernard y el amigo de nombre raro son enviados a unas islas donde la gente se comporta como salvajes, esto es, tienen una familia, no existe esta división de castas, tampoco el soma. Serán, en definitiva, libres. El salvaje anhela ir con ellos a la isla, pero Mustafá Mond le dice que tiene que quedarse para seguir haciendo experimentos.

El final de John, el salvaje, es bien deprimente, porque se queda en una especie de faro siendo espectáculo de la civilización. Acá recurre a antiguos rituales indios, y se castiga con un látigo. En una ocasión se ve cantando y se arrepiente porque entiende que no está destinado a ser feliz, sino que tiene que de alguna forma pagar por sus pecados, por su madre, por Lenina, y se azota, lo que es grabado por un entrometido periodista que después hace una película que es un éxito. Llegan en masa a cubrir el espectáculo, lo que hace que John más se enoje. Aquí se sume en un estado de locura mientras es carne para los lobos. Finalmente los de la civilización se regocijan con él, parecen divertirse con su desesperación. Al final pienso que era mejor que nunca hubiera salido de su sociedad salvaje porque el precio que tuvo que pagar fue demasiado alto, solo y loco, aislado completamente.


Resulta triste porque, al parecer, la persona más cuerda de todas no puede ser feliz, aun cuando se le presentó la posibilidad. En una ocasión, el salvaje le pregunta a Mustafá por qué no les presenta a Dios a la gente y este le responde que no lo necesitan, porque Dios viene a suplir una carencia o necesidad que no conoce la civilización perfecta. Sin angustias, sin pesares ni dolencias, no se justifica la existencia de un Dios que nos sirve para tener esperanzas. Finalmente, Un Mundo Feliz nos presenta, como siempre, un universo aberrante donde los personajes son felices porque desconocen muchas cosas de su propia realidad. Son condicionados por el Estado a vivir de acuerdo a sus condiciones, condiciones que no cuestionarían jamás. Si me preguntan si me gustaría vivir en un mundo feliz, yo diría que bajo mis propias condiciones sí, pero el hecho de crecer sin una madre y un padre, de privar a los seres humanos del amor fundamental de estos, me parece muy desolador y no estaría dispuesta. No imagino a mi hija creciendo sin mí, sin mis enseñanzas, cariño e ideas.

Un libro fascinante donde te presentan un mundo aberrante, pero, como siempre digo, podría llegar a suceder en un futuro bien lejano, sí, ojalá.

Pd: en cadaver existió era la sobrepoblación que justificaba la distopia y en esta a modo personal creo que es evitar los conflictos , las pérdidas que acarrea una guerra por ejemplo , se habla de la guerra de los 9 años y que mejor tener una sociedad bajo control para no suscitar estos terribles acontecimientos 🥲 



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