lunes, 23 de septiembre de 2024

La caja de botones de Gwendy (Stephen King y Richard Chizmar)

Comencé a leer este libro ayer con 0 expectativas, dije: "Ya, un libro para descansar de Las 48 leyes del poder". Justo lo empecé a leer después de ver la película Hereditary, que me dejó con pesadillas y con miedo a ir al baño en la noche, aun cuando el baño está en la misma habitación, jaja. De verdad, da mucho miedo, con un muy buen casting que transmite ese terror que se te mete en la piel y en la mente, haciendo que tu propia imaginación te juegue malas pasadas, haciéndote ver cosas en una ropa mal acomodada, en el perchero, etc.

Bueno, como les decía, lo empecé ayer sin muchas expectativas, y me sorprendió gratamente. Creo que es la primera vez que leo a Stephen King con un colaborador (que me perdone Richard, pero no sé quién es, lo buscaré para salir de mi ignorancia en otro momento). La lectura fue ligera. Quiero comentar que este libro se lo compré hace unos meses a una vecina que no lo había leído, y solo lo compré por mi admiración al señor King. He leído varios de sus libros, aunque ninguno este año.

La historia se centra alrededor de Gwendy y una caja de botones que le da un día un señor con sombrero gris en el parque. El señor se llama Richard Farris, quien es como una especie de mensajero y portador de esta caja misteriosa.

Esta caja tiene unos botones que representan los continentes, además de dos palancas: una roja y una negra. La roja cumple cualquier deseo, y la negra es, al parecer, el exterminio de la raza humana. Al principio, Gwendy duda del caballero, cree que le va a hacer algo malo, como un abuso, pero finalmente confía en él y se lleva la caja a su casa, donde la esconde cerca de un árbol. Gwendy era algo gordita y acomplejada. Cuando se encontró con el señor Farris, estaba subiendo la “escalera de los suicidios”, llamada así porque tristemente dos personas ya habían cometido el acto allí.

Hay un chico en el colegio que la molesta y la llama "Goodyear" por los rollos de su cuerpo. La caja tiene dos aberturas a los lados: una proporciona un chocolate en forma de animalito, muy detallado, y la otra una moneda. El chocolate es mágico, milagroso diría yo, ya que quita el hambre y te da energías. Al poco tiempo de consumir el chocolate, tal como el señor Farris le indicó, Gwendy comienza a adelgazar; el chocolate parece quitarle la ansiedad. Además, comienza a juntar las monedas que salen del otro lado. Gwendy tenía unos 11 o 13 años cuando le dieron la caja, y con el paso del tiempo, se vuelve muy bella y le va bien en todas sus clases. Tiene mucho éxito en todo, lo que provoca un poco de celos en su amiga Olive.

Su vida es perfecta, y lo atribuye en gran medida a la misteriosa caja. Un día, por pura curiosidad, decide apretar un botón, y para su sorpresa ve en las noticias cómo un fanático religioso acaba con la vida de una multitud de personas, incluyendo bebés. Queda en shock. Con esto, Gwendy confirma el poder de la caja y decide no volver a usarla para ese tipo de acciones.

Pasan los años, la chica crece, y cuando es hora de ir a la universidad, vende dos de las monedas a un coleccionista, quien le da mucho dinero por ellas. ¿Recuerdan al compañero que la molestaba por ser gorda? Creo que se llamaba Frank. Resulta que crece y se convierte en un degenerado.

La historia es simple, transcurre entre el colegio y la casa, una vida promedio de una adolescente, solo que con una caja con poderes mágicos.

Volvamos al chico. Frank se obsesiona con ella y la hostiga con comentarios repugnantes acerca de su cuerpo. Un día, Gwendy conoce a Harry, su media naranja, un chico apuesto y gentil. Se enamoran y planean una vida juntos. Comienzan todo por primera vez. Un día llegan a la casa de Gwendy, pero no se dan cuenta, envueltos en la nebulosa del amor, de que la puerta estaba abierta y había sido forzada. Gwendy lo atribuye a un descuido de su padre.

Durante todo el libro, se siente el temor que comienza a experimentar Gwendy por la caja. Llega un punto en que le da miedo y decide dejar de usarla. La esconde en su armario. Y es en este momento, creo yo, cuando empiezan a suceder cosas malas. Su amiga Olive, con quien ya no se hablaba, se suicida en las escaleras del suicidio.

En la casa, Gwendy y Harry están conversando acerca de qué vestido le quedaría mejor. Gwendy va hacia su armario y se percata de que Frank, el psicópata, está escondido allí, sosteniendo la caja.

A Gwendy la invade el terror. ¿Habrá accionado la caja? ¿Habrán muerto personas? Comienza una lucha en la que Frank mata a Harry e intenta abusar de Gwendy, pero ella aprovecha un descuido para quitarle la caja y desear que se pudra en el infierno. Acto seguido, ve cómo la cara de Frank se descompone y desaparece en el armario.

Este es el clímax de la historia: la muerte del amor de su vida a manos del chico que la acosaba en la escuela. Finalmente, cuando Frankie desaparece, Gwendy le dice a la policía que él mató a Harry y luego huyó. El chico no era precisamente un santo; ya estaba siendo buscado por varios abusos a chicas y otros delitos. Pero, ya sea por justicia divina o por la justicia de la caja, lo cierto es que se pudrió. No sabemos si en el infierno, pero se pudrió. La escena mental de su descomposición, con el pus saliendo por las mejillas, me pareció magistral. Es por lo que me gusta King: esa descripción detallada que te hiela la sangre. No tan detallada como Tolkien, pero tampoco tan superficial como en El burdel de las parafilias.

Pasan los años, y un día el señor Farris vuelve para recuperar la caja. A Gwendy le ha ido bien; parece que se convertirá en escritora. El señor Farris le dice que en el futuro escribirá con un ordenador y no con la máquina de escribir, y que será como accionar los botones de una caja. Le agradece por cuidar tan bien de la caja y le dice que gracias a su prudencia se evitaron muchos males, pero que ahora debe entregarla a otra persona. Gwendy siempre creyó que las desgracias que la acompañaron fueron causadas por la caja, aunque ya hacía mucho que no la usaba. Le indica al señor Farris dónde está la caja, y él se va.

Antes de irse, conversan sobre sus inquietudes. Gwendy le pregunta si la muerte de su amiga y de su novio están relacionadas con la caja, a lo que el señor Farris responde que la de su novio posiblemente sí, se pudo haber evitado, pero la de su amiga no, pues ella ya estaba condenada por el abuso de su padre o padrastro. De igual manera, Gwendy se siente culpable, tal vez pudo haber sido un mejor apoyo para su amiga, pero no lo fue por estar tan enfocada en conservar su vida de éxito.

La lectura es ligera y sencilla. Me gusta el misterio que rodea a la caja misteriosa y pensar en qué pasaría si todos tuviéramos una que proteger para mejorar nuestra vida. Creo que, en parte, todos podemos tener una "caja" así; son nuestras acciones y decisiones las que finalmente desembocan en cosas mejores o peores. No podemos controlar todo, pero la actitud que tengamos sí puede aportar mucho a cómo vemos el mundo y cómo nos relacionamos con él. Puede que a algunas personas se les haga más fácil que a otras, pero somos partícipes de todo lo que nos pasa, no meros espectadores, y está en nuestras manos cambiar. Como decía Rocky: "Si yo puedo cambiar, y tú puedes cambiar, todos podemos hacerlo."




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