Este libro comienza con la muerte de Boromir, atacado por unos orcos, quienes descubren que son una especie diferente de orcos comandados por Saruman. Aragorn, Gimli y Legolas deciden ir en búsqueda de los hobbits (Pippin y Merry), capturados por los orcos, y le dan una buena "sepultura" a Boromir. Digo sepultura porque, en realidad, lo que hacen es dejarlo en una de las embarcaciones, con su espada, y se lo lleva el río. En el camino, se encuentran con los jinetes de Rohan. Estos últimos les comentan que dieron muerte a los orcos pero que no vieron a sus amigos. Trancos les comenta las malas noticias de la muerte de Gandalf y de Boromir. Luego, los jinetes los dejan ir en búsqueda de sus amigos.
Luego la historia salta a ver lo acontecido con Merry y Pippin, la terrible huida con los orcos y cómo vieron que estos fueron muertos a manos de los jinetes, sin ser ellos mismos vistos por estos. Deciden seguir su camino y se encuentran con Bárbol, quien se denomina ent, y les cuenta que hay distintos tipos de ents, unos buenos y otros malos, y que no debieran confiar en todos. Ent es una especie de hombre árbol que los cuida, los ayuda a seguir su camino y los invita a su casa, donde les relata todo lo ocurrido hasta ahora. Ahí, Bárbol se entera de que Saruman está construyendo orcos y que están matando a sus amigos árboles, lo que lo enfurece. Una característica de los ents es que se toman su tiempo para todo; son, como se diría, súper lentos y alargan las palabras y frases, pero para ellos el tiempo es distinto.
Acá, Merry y Pippin se hacen amigos y, junto a un grupo de ents, parten hacia Isengard para derribar a Saruman y matar a los orcos que asesinaron a sus amigos ents. Mientras tanto, Legolas, Gimli y Aragorn buscan a sus amigos hobbits. En esta búsqueda, reaparece Gandalf el Blanco, renovado, y les cuenta cómo se libró del Balrog y todo lo acontecido después. Se alegran de verlo y juntos parten hacia el castillo de oro donde se encuentra el rey Théoden, rey de Rohan, quien era mal aconsejado por Lengua de Serpiente, espía de Saruman. Acá, Gandalf lo deja en evidencia y Lengua de Serpiente huye. Luego de esto, Gandalf advierte de los peligros que se avecinan y juntos parten hacia Isengard como destino. Éomer también se suma a la marcha, además de varios jinetes capacitados para la misión. En esta ocasión, se le regala legítimamente a Sombra Gris, el caballo, a Gandalf.
En el camino, se encuentran con muchos orcos de Saruman que son matados con éxito en el Abismo de Helm. En el relato, seguimos con visiones inimaginables de Tolkien; me sigue costando mucho visualizar los parajes que describe, sin embargo, muchos coinciden con las películas que he visto, al menos en el paisaje, porque la historia no es 100% respetada.
Luego, llegados a Isengard, Éomer, los jinetes, el rey, Gandalf, Legolas y Gimli se encuentran con un escenario devastador, pues los ents ya habían hecho lo suyo, y además, con sorpresa, se encuentran con Merry y Pippin, quienes les dan una buena bienvenida con cosas para comer y se ponen al día en los relatos referentes a cómo estos hobbits escaparon de los orcos. Dicho sea de paso, fue gracias a la intervención de los jinetes de Rohan. Les cuentan, además, que Lengua de Serpiente está en Orthanc encerrado con Saruman, y de cómo los ents y los orcos devastaron Isengard.
Antes de partir, Gandalf decide ir a ver a Saruman para hablar con él. Lo siguen Gimli, el rey de Rohan, entre otros, y Saruman los engaña en un primer momento con su voz. En este encuentro, Saruman le dice a Gandalf que recapacite y que se una a él, pero Gandalf solo se ríe. Discuten un rato y luego cae cerca de Gimli una piedra de forma esférica, que uno de los hobbits recoge. Gandalf presta especial atención a esta piedra, que al parecer fue arrojada por Lengua de Serpiente desde la torre. Dejan a Saruman, a quien Gandalf le ofrece la oportunidad de abandonar la torre y remediar en algo todo el daño causado, pero este se resiste. Se van y Bárbol queda a cargo de vigilar que Saruman no salga de la torre.
Luego, emprenden el viaje y, cuando están descansando, Pippin siente especial curiosidad por la esfera y va a verla mientras Gandalf duerme. Se la quita y comienza a ver tras ella. Al parecer, ve a Sauron, quien le habla y lo interroga. Este queda paralizado y profiere un grito que despierta a todos. Gandalf va en su búsqueda y le explica que era muy peligroso lo que estaba haciendo, pero también dice que ganan tiempo ya que Sauron pensó que el hobbit era un prisionero de Saruman y que hubiera sido terrible si en vez del hobbit lo hubiera visto a él. Hablan de la palantir, esta esfera donde se pueden comunicar entre sí dos personas y al parecer Saruman la había encontrado hace algún tiempo. No es la única que existe, pero esta encierra un malévolo poder. Deciden esa misma noche partir y ven en los cielos un nazgûl. En esta parte de la historia deciden ir a Minas Tirith.
Luego, reaparecen Frodo y Sam, quienes se encuentran con Gollum en el camino y lo toman prisionero. Este último decide cooperar y muestra amabilidad. Juntos recorren la Ciénaga de los Muertos, donde ven una sombra alada negra que los aterroriza, especialmente a Gollum. Siguen su camino hasta que llegan a las puertas de Mordor. En su camino, se encuentran con el hermano de Boromir, Faramir, que tiene un ejército pero que los ayuda finalmente, no sin antes desconfiar un poco, pero más que nada de la criatura, Gollum, que es tomada prisionera para luego soltarlos y dejarlos libres para avanzar en su camino hacia la destrucción del anillo. Tanto Faramir como Sam estaban de acuerdo en darle muerte a la horrible criatura. Qué lástima que no lo hayan hecho, o peor aún, que lástima que Bilbo no lo hubiera hecho antes.
Gollum los guía por un camino que él conocía ya que no podrían entrar por la entrada principal, pero en este camino que les ofrece el tramposo de Gollum, se encuentran con Ella-Laraña. Esta araña enorme da muerte a Frodo. Sam queda destrozado con la muerte de su amo, pero sabe que debe continuar en la misión, y con todo el dolor de su corazón, toma las posesiones de su amo y espera volver a encontrarlo en cuanto acabe la misión. Para tal misión, Sam no tiene ninguna esperanza de hacer lo bien; su inseguridad lo lleva a pensar que lo arruinará. Está en estos pensamientos cuando ve unos orcos acercarse. Dicho sea de paso, el malvado Gollum había hecho una especie de amistad con Ella-Laraña y le había ofrecido apetitosa comida, y él se contentaría con husmear en los restos con la esperanza de encontrar su tesoro.
Pero Sam lastima a la araña severamente y a Gollum también, poseído por la rabia. Se encuentra a su amo tendido en el suelo; la araña lo había atacado por el cuello mientras corría hacia su destino. Sam decide ponerse el anillo, se vuelve invisible y puede escuchar y entender lo que los orcos comentan. Planean llevar el cuerpo de Frodo a Lugburz. En esta conversación, Shagrat le dice a Gorbag que el prisionero que llevan no está muerto, que Ella-Laraña tiene un veneno que pone fofos a sus víctimas. Sam, emocionado y a la vez sintiéndose estúpido, escucha esto. Se dice a sí mismo que en el fondo sabía que su amo estaba vivo. Y así termina el segundo libro.
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