Hace no mucho en la tele oí hablar de Elon Musk, no era la primera vez ni me era desconocido, pero recuerdo haber sentido molestia y ese sentimiento de injusticia que te invade cuando dicen algo de un ser querido sin conocerlo. Y por ser querido me refiero a uno mismo. Varias veces he oído, sin querer, conversaciones sobre mí donde me tachan de todo menos de lo buena persona que soy, jajaja.
En fin, volviendo a Elon, el periodista pregonaba sobre hasta dónde podía llegar la ambición de los empresarios por vender lo que sea. Esto a causa de que uno de sus cohetes había roto parte de la atmósfera, no sé si la estratosfera, exosfera, no sé cuál capa, pero la cosa es que se había hecho una especie de agujero. Y el tipo le daba vueltas una y otra vez a la ambición: que hasta dónde puede llegar, que estos millonarios ya no saben en qué gastar la plata, que no le tienen amor al planeta y bla, bla, bla.
Hasta ese entonces, con lo poco que sabía de Elon, me parecía una aseveración bastante injusta. Pocos días después me compré este libro para conocerlo más, desconociendo que era un libro que solo se extiende hasta el 2018 aprox. Después note que hay varias ediciones del libro y esta es la primera, hay otra que es del 2023 y es muy probable que existan mas, sobre todo cuando Elon logre su cometido. Bueno siempre se aprende algo nuevo y para conocer sus origines al menos el libro es suficiente, si me quede con ganas de tener por escrito una actualización de lo concerniente a Elon y sus empresas.
Es un libro que te acerca al empresario multimillonario, pero desde una perspectiva más humana. Al igual que me pasó con otros libros de emprendedores, se me activan esas ganas de luchar y seguir sufriendo por lo que anhelas, de no rendirte, de perseverar, que eso lo es todo. Aunque, en este caso, no es tan así como dicen algunos. En una entrevista, el mismo Elon aconseja no hacer lo que él ha hecho "porque duele, el cerebro y el corazón". Y yo he sentido ese dolor. Alguna vez también trabajé muy, muy duro y, aunque aún me cuestiono si eso sirvió de algo o lo que vino después fue producto solo de mi talento y perseverancia, siento que tuvo sus repercusiones.
Para no quedarme en tanta cháchara sobre mí, diré que me sorprendió saber que Elon es de origen sudafricano. Eso sí, no fue pobre; su padre era ingeniero y tenían una buena posición económica considerando el lugar donde vivían. A muy temprana edad, Elon programaba y vendió un juego que él mismo elaboró. El asunto es que creaba y luego vendía empresas para fundar otras. Me imagino, después de leer, que el objetivo siempre fue tener una empresa a la altura de SpaceX.
Desde niño, se leía todo lo que tenía a su alcance, un ávido lector, y no solo eso: además aprendía de cada uno. Me estoy adelantando, pero para los que piensan que Elon es autista o Asperger, hay una parte donde deja en evidencia –y yo también lo creo– que, lejos de cualquier diagnóstico que pudiera dar un ADOS-2, lo cierto es que Elon es más bien un superdotado, algo así como Einstein.
La idea con Zip2, su primera empresa que fundó con su hermano, era algo así como una guía en internet de Páginas Amarillas. Esto es lo que me acuerdo: era como posicionar al restaurante de turno en una página para que así lo pudieran localizar los clientes. Muy a los becarios de Google, me parece. Bueno, quizás hay relación por la estrecha amistad que tienen él y Larry Page.
Me pasa que recordé un poco al fundador de Nike, que viajaba por aquí y por allá consiguiendo dinero, haciendo como un puerta a puerta, dejando los pies en la calle –como se dice– por conseguir el objetivo, sin contar con ningún robusto plan empresarial, ofreciendo porcentajes de la compañía a cambio de una módica inversión. Aun así, pareciera que, a puro bla bla, Elon y su hermano Kimbal lograron sustentarse.
Lo que habla de un alto poder de convencimiento también. En varias partes del libro se hace alusión a lo seguro que es Elon, tiene un gran nivel de convicción y pareciera, en realidad, que todo en él es desmesurado: su inteligencia, tesón, perseverancia, visión, compromiso. Y, al mismo tiempo, se presenta para muchos como alguien despiadado, impersonal, poco empático y obstinado. ¡Ya quiero ser como Elon, jaja!
Me recordó por instantes a un jefe que tuve. Elon era muy optimista con los tiempos de entrega de sus productos, lo que para él significaba un día de trabajo teniendo en cuenta las mejores condiciones que debían cumplirse. En la práctica, se traducía a semanas de esfuerzo y trabajo. Creo que, de todas las empresas, lo que más me impresionó fue saber todo el trabajo que hay detrás de SpaceX.
Ya sin tener conocimientos de prácticamente nada relativo a lo astronáutico, me imagino que debe ser algo imposible para mí de entender. Se morirían al saber todo lo que se trabaja para que un cohete despegue. Es un trabajo multidisciplinario impresionante y, si solo una parte de toda esa gran red falla, aunque sea mínima, se va al carajo todo. Hoy sabemos que Elon fue exitoso, pero sus inicios, y hasta no hace mucho, no fueron así. Elon se levantó fracaso tras fracaso como nadie, como si eso no fuera razón para decir basta.
Ojo que, para muchos, sí lo es. Su tolerancia a la frustración es altísima. O sea, no hay que quitar para nada mérito a las personas que trabajaron con él. Conseguía siempre a los mejores profesionales porque estaba seguro de que así podría lograr los mejores resultados. En una parte decía que trabajaban cerca de 90 horas semanales, que él estaba ahí presente "hinchando", como se dice, para que la gente trabajara. Muchos le temían, otros lo admiraban, y así transcurrían los días, error tras error, su gente estuvo en una isla preparando lanzamientos , mas que nada intentos de lanzamiento con muy poco éxito.
Los rusos se rieron de él, le vendían unos cohetes a un precio que no estaba dispuesto a pagar, ¿y qué hizo Elon? Fue y construyó sus propios cohetes. Si estaba en desacuerdo con algún proveedor, bueno, él iba y lo hacía él mismo. Como el clásico dicho. Quizás algunas personas, alimentadas con lo poco que saben de Elon, consideren esto que voy a decir como ingenuo de mi parte, pero le creo a este hombre.
Cuando dice que llegará a Marte, que lo colonizará y nos salvará como especie, estoy segura de que estamos ante nuestro salvador. Elon vino a refrescar el sueño de poblar otros planetas, nacido de programas como star trek o las guerras de las galaxias. Está pensando mucho más allá, un verdadero innovador. En un ejemplo que daba, no sé si él o alguien que hablaba de él en YouTube, decía: imagínate si a esas personas que andaban a caballo les hubieras preguntado qué necesitaban de su caballo, cómo les gustaría que fuera. Es posible y altamente probable que te dijeran: "necesito que sea más rápido" o "que coma menos".
Entramos en lo que podríamos denominar "reinventar la rueda". Desconozco la historia detrás de la creación del primer automóvil, pero dudo que los ingenieros detrás hayan estado pensando en crear un caballo más veloz. Inventaron algo nuevo, creando una necesidad que creían tener cubierta. La gente común y silvestre no piensa más allá, se conforma y vive con lo que tiene, como reflexión si estas buscando un mercado innovador, debe pensar en algo que necesiten pero que no sepan , no crear caballos voladores.
De ahí que muchos no estén ni ahí con que se colonice Marte o que puedan llevar una planta para generar oxigeno. Muchos se ríen o dicen: "locuras de los multimillonarios". Los más progres dicen que Elon quiere financiar viajes turísticos a la Luna y Marte, frivolizando el real deseo de este hombre: salvar la vida humana. Si soy sincera nunca he visto , en ninguna de las entrevista a Elon que el mencione eso de ir a Marte por mero placer.
En un pasaje del libro, él mismo dice que solo iría a Marte si supiera que su legado continuaría a salvo tras su muerte. Está tan comprometido y tan seguro de que puede lograrlo que tampoco se arriesgaría en un viaje que podría no tener vuelta.
Algunos pasajes donde mejor se manifiesta la personalidad trabajólica, pero a la vez carente de empatía de Musk: se cuenta que en Zip2, cuando los empleados iban a casa por la noche y luego volvían en la mañana, descubrían que Elon había cambiado su trabajo sin decirles nada. En un tono prepotente, él decía más tarde: "Sí, contábamos con algunos ingenieros de software excelentes, pero yo era capaz de programar mucho mejor que ellos. Así que entraba y arreglaba su puto código". "Me frustraba esperar a que hicieran sus cosas, así que arreglaba la programación de aquellos imbéciles y la hacía funcionar cinco veces más rápido".
Ya me veo con un jefe así. Para mí, admirable. La mayoría te tratan mal sin saber siquiera cómo ellos mismos hacer mejor tu trabajo, pero este tipo, Elon, iba en serio. Lo hacía él. Ya me imagino, si hubiera tenido alguien así, creo que le hubiera perdonado lo grosero tan solo por ver su genialidad.
Lejos de quedarme con una imagen de alguien gruñón, poco empático, altanero, prepotente, etc., etc., prefiero quedarme con el visionario que es. Un revolucionario, un futurista. Se ríen de sus locuras, pero díganme, ¿Cuántos se reirían hoy ustedes de la gente que no hubiese creído en hacer transferencias o transacciones de dinero de manera inmediata y además segura, o de tener autos eléctricos que contaminen menos, o de ser un emprendedor con tu propia página web? Todo eso alguna vez fue ridículo, impensado: "¿Para qué, si con lo que tenemos estamos bien?". Lo mismo pasa con ir a Marte.
Como he dicho, yo sé apreciar y admirar la inteligencia, perseverancia y compromiso a toda prueba de las personas, la brillantez. Y con eso he perdonado otras falencias comunicativas. Sí he conocido colegas muy brillantes, pero con escasas habilidades sociales. Se les perdona por lo primero.
Sin embargo, yo no soy el mundo entero, jajaja, y menos tengo experiencia lidiando entre peces muy gordos. Quizás otro gallo cantaría si yo tuviera mucho dinero y tratara de mantener a flote una empresa que creé, y llega un tipo a decirme cómo podría hacer mi empresa mejor. Quizás lo mandaría lejos, obviando el beneficio final de sus conclusiones.
Lo que quiero decir es que esto puede que haya jugado en contra de Elon. Su paso por PayPal, por ejemplo, hay controversias y no hay un consenso claro sobre quién casi hunde la empresa. Lo cierto es que eso no ocurrió. Podemos decir que su ego y su carácter sabelotodo e intransigente generan fracturas duraderas y profundas en sus empresas.
En el plano personal, el libro nos cuenta un pasaje bastante triste en la vida de Elon: la muerte de su hijo Nevada Alexander Musk con Justine. Tenía solo diez semanas, justo cuando se anunciaba el acuerdo con eBay (eBay compró PayPal). Lo habían dejado boca arriba, pero cuando volvieron a verlo, había dejado de respirar, lo que llaman muerte súbita del lactante. Tras este terrible acontecimiento, Elon declaraba a su círculo más íntimo que hablar de eso le producía una profunda tristeza; según él, no entendía por qué había que hablar de cosas tan tristes. Decía que no hacía ningún bien de cara al futuro, que si tienes otros niños y obligaciones, revolcarte en la tristeza no es bueno para los que te rodean. Aunque entiendo su punto, se me hace un poco difícil compartirlo. Ya lo entenderán cuando lea y resuma "Este dolor no es mío", el libro que estoy comenzando ahora, pero eso vendrá después.
Luego de la muerte de su hijo, Elon se dedicó en cuerpo y alma a SpaceX. Como es la tónica de Elon, se encargó de contratar a los mejores profesionales del área que necesitaba, exigiéndoles siempre el máximo y más de sí mismos, no solo contrataba aquellos que habían tenido las mejores notas si no a los que además habían hecho algo especial con ese talento. Aquí me surge una duda que, terminado el libro, no me quedó clara: ¿realmente valía la pena todo ese esfuerzo? Es decir, trabajar 90 horas semanales debe tener un beneficio económico que lo justifique. Contrataba por lo general a gente joven, quienes muchas veces carecían de una vida familiar y estaban dispuestos a sacrificar todo su tiempo libre por algo que les apasionaba. Pero, al mismo tiempo, estaban trabajando, entonces esa dicotomía no sé si era tan real. Quizás Elon pensaba que el simple hecho de estar haciendo algo tan importante para él ya era suficiente pago. Claro, no trabajaban gratis, y estoy segura de que los sueldos debían ser altos, pero no sé si tanto como para compensar el nivel de esfuerzo. Hubiera sido interesante conocer cifras.
Como ejemplo, les contaré que una vez trabajé por 800 mil pesos. No sé si hacía 90 horas semanales, pero se me exigía muchísimo: trabajábamos de 9 de la mañana hasta las 4 de la madrugada muchas veces. Pero no era un proyecto digno de sacrificar tu vida. Justo en aquel entonces, mi abuelo estaba muriendo de cáncer y no pude estar con él lo suficiente por ese trabajo. Si me preguntan ahora, con perspectiva, si valió la pena, diría que no, en absoluto. Podría haber sacrificado menos y haber tenido buenos trabajos después igual. Es cierto que después de ese trabajo mi sueldo se triplicó, pero aún así, no le atribuyo gran cosa a esa experiencia.
Volviendo al caso de los ingenieros de Musk, creo que él les pagaba más y, considerando que contrataba genios, probablemente estaba bien. A pesar del esfuerzo, hoy sabemos con perspectiva que sí valió la pena. Me imagino que para los currículums de esos ingenieros debe ser muy valioso haber trabajado en SpaceX. En mi caso, no tanto, jajaja. Lo que hacían estos tipos, como explotar motores una y otra vez, probar nuevos materiales, analizar qué falló en el caso anterior, me parece mucho más apasionante que estar creando una plataforma para que unos proveedores de plátanos suban sus productos. Sin desmerecer, claro.
Incluso estuvieron en una isla, como aborígenes de una tribu, intentando construir una plataforma para despegar cohetes (En este caso el despegue del falcon 1 ). A veces, sin comida. En el libro, la anécdota parece emocionante, aunque con tintes de que pudo ser algo terrible. Leí hace poco que los ingenieros se quedaron sin comida y se negaban a trabajar. Más que negarse, ¿quién puede? Imagínate el nivel de conocimiento, fuerza y concentración que debían tener, todo eso sin combustible, imposible. Destaco el alto nivel de tolerancia a la frustración de todos los ingenieros: fallar una y otra vez hasta conseguirlo, si hasta se lanzaban al mar en busca de las piezas que explotaban tras los lanzamiento fallidos, una locura.
Hoy ves un despegue del Falcon 9 y quedas impresionado. Conocer un poco de la historia detrás de eso conmueve hasta las lágrimas. Varias veces sentí esa congoja leyendo el libro. Es un verdadero gozo para el alma cuando, después de tanto intentarlo, lo logras por fin. La gente ve el resultado, no el proceso. Ese proceso tortuoso de lograr algo impresionante.
Una anécdota muy buena: Hollman, el ingeniero a cargo, pierde sus gafas en una ocasión. Los que usamos lentes sabemos que no tenerlos es horrible, es como quedar discapacitado. Sus gafas cayeron por un extractor de humo en la zona de pruebas en Texas. No tenía tiempo ni siquiera para ir al oftalmólogo, así que se las arregló con unas antiguas. Pero no es lo mismo. Hollman expresó su rabia, absolutamente justificada, diciendo que ya era demasiado el desgaste y lo de las gafas el colmo, sin saber que Elon lo estaba escuchando. ¿Saben qué hizo Elon? Lo despidió... no, mentira, le pagó la cirugía láser. Me encanta la forma de resolver problemas, jajaja. Una vez también me pasó algo parecido, pero no tuve un jefe tan bueno. Más de una vez pegué mis lentes con scotch y seguí trabajando.
Elon puede ser muy exigente, pero se asegura de que nada se interponga en tu camino, según sostuvo más adelante Hollman.
Con Tesla, bueno, Elon era socio inversor por lo que entiendo, pero su trabajo ahí es destacable, por decir lo menos. Me gustan este tipo de libros porque uno puede ver realmente todos los problemas que enfrentan los empresarios o emprendedores, que tanta gente odia sin pensar en lo complicado que es sacar adelante una empresa así. No estuvieron exentos de problemas del tipo: proveedores que demoran en construir piezas, que no son lo suficientemente prolijos, que no las hacen como se pide y hay que devolverlas.
Además, se suma que la lógica de Elon siempre fue abaratar al máximo posible los costos. Imagínense: mandan a hacer algo a un país donde es más barato, pero igual hay que transportarlo y esperar a que llegue. Finalmente, muchas piezas (no sé si todas, pero es probable que sí) decidieron fabricarlas en su propia planta. Para eso, de nuevo, contrató a los mejores.
Alrededor del año 2006, cuando la empresa aspiraba a lanzar al mercado el Roadster, los ingenieros se enfrentaron a un grave problema. Decidieron probar qué pasaba si las baterías del Roadster se incendiaban. Tomaron 20 baterías, las unieron con cinta adhesiva, colocaron la resistencia de una estufa eléctrica en medio del paquete y la conectaron. El resultado, como pueden imaginar, fue que el conjunto salió disparado como un cohete. Ahora, en lugar de 20, el Roadster tendría cerca de siete mil baterías. Imagínense la catástrofe: el auto más inseguro y caro del mundo, jajaja.
Es importante tener en cuenta que estos autos, aunque ahora están más al alcance, en aquella época estaban destinados a un grupo selecto de personas millonarias. Gente que había pagado la reserva del auto, unos 90 mil o 120 mil dólares, algo así tenía que ser.
Hace poco vi un Tesla acá en el mall; costaba cerca de 40 millones de pesos chilenos. O sea, lograron abaratarlo, jajaja.
Pasaron bastantes años y muchas pruebas y errores para que Elon lograra verse como la estrella que es hoy. Por muchos años, e incluso ahora, hay gente que lo considera un tipo que promete pero no cumple. Aunque la imagen que se tiene de él ha mejorado mucho, todavía hay detractores. Muchos se quedan con sus frases polémicas o su tendencia política, y lo ven simplemente como un empresario millonario que lleva a la quiebra las empresas. Pero dudo que esas personas entiendan siquiera su forma de trabajar o de ver la vida.
Este tipo es un genio, y quiero dejarlo aquí escrito: si la humanidad logra salvarse, si logramos perpetuar nuestra especie, será gracias a él y a su incansable trabajo, y no al tuyo, que solo criticas sin hacer nada bueno por nadie.
Elon ha sido duramente criticado por la prensa, sobre todo por establecer fechas que después no cumple. Esta es una de las costumbres que más problemas le ha causado, especialmente cuando Tesla y SpaceX intentan sacar productos al mercado. Una y otra vez, Musk ha tenido que aparecer públicamente para justificar sus retrasos.
En una ocasión, respondió sobre el lanzamiento tardío del Falcon 1:
"¿En serio? ¿Eso dijimos? De acuerdo, eso es ridículo. Creo que, sencillamente, no sabía de qué estaba hablando. Solo tenía experiencia previa en programación informática, y sí, se puede escribir un montón de código y lanzar una página web en un año, no hay problema. Pero esto no es software; con los cohetes no funciona así."
El error de Musk es ser demasiado optimista. Calcula el tiempo basándose en la idea de que todo progresará sin inconvenientes y asume que los miembros del equipo tendrán su misma capacidad y ética de trabajo. Básicamente, piensa que todos son como él.
Esto me recuerda a alguien a quien quiero mucho, pero que en el trabajo es implacable. Algún día le mencionaré que encuentro que se parece mucho a Musk: exige demasiado, jajaja.
Cuando le preguntan a Musk sobre este enfoque, responde algo que tiene bastante sentido. Resumiré su idea porque ya he escrito mucho, y todavía hay un par de cosas que quiero desarrollar antes de finalizar. (Un saludo para mi hija Martina, si me está leyendo. Es la única persona en este mundo para la que me gustaría dejar este legado. Te amo, hija. Ojalá este blog nunca muera).
Elon dice, respecto a sus plazos poco realistas, que si estableces una fecha límite, harás todo lo posible por alcanzarla. Puede que en el camino surjan inconvenientes, pero la disposición para terminar en ese plazo estará. Si, en cambio, das una fecha más amplia, es probable que haya un incremento de tiempo arbitrario porque mentalmente asumimos que hay tiempo suficiente.
Tiene su punto. Aunque nunca se puede estimar perfectamente considerando los errores, creo que si trabajamos con personas profesionales, se puede establecer una fecha límite. Pero también pienso que podría haber dos fechas: una "fecha equipo" y una "fecha cliente". La fecha cliente siempre debería ser mayor a la del equipo, así todos estarían felices.
La compra de un Tesla, al menos según entiendo, es toda una experiencia única, diferente a la que conocemos hoy en día. Para el Model S, por ejemplo, no vas a un concesionario típico. Tesla vende sus modelos en sus propias tiendas de lujo o directamente a través de su sitio web.
En estas tiendas, puedes sentarte en un modelo y luego personalizarlo en una pantalla gigante. Al finalizar, los clientes tocan la pantalla con entusiasmo y zas, aparece su futuro Model S. Los vendedores no trabajan a comisión ni intentan convencerte de comprar extras. Da igual si compras el auto en la tienda o por internet, Tesla lo entregará donde quieras con una ceremonia especial. Incluso puedes optar por recogerlo en Silicon Valley, donde te invitan a realizar un recorrido por las instalaciones de la fábrica.
Después de la compra, no tendrás que preocuparte por cambios de aceite ni ajustes; no los necesita. Si algo falla, Tesla recogerá el vehículo y te dejará un auto de cortesía mientras reparan el tuyo. Esto es una revolución en el servicio posventa para autos fabricados en serie.
Por ejemplo, algunos propietarios se han quejado de problemas técnicos, como manijas de puertas que no se desplegaban correctamente o limpiaparabrisas con velocidades irregulares. Errores imperdonables en un auto tan caro, ¿no? Pero Tesla resuelve estos problemas de forma inteligente. Mientras el propietario duerme, los ingenieros de Tesla se conectan al auto vía internet y descargan actualizaciones de software. Cuando el dueño despierta, los problemas han desaparecido, como por arte de magia.
Además, el auto cuenta con aplicaciones para smartphone que permiten, por ejemplo, encender el aire acondicionado a distancia o localizarlo en un mapa. Una maravilla tecnológica.
Craig Venter, el científico que descifró por primera vez el ADN humano y uno de los primeros propietarios de un Model S, señaló: "Ha cambiado todo lo relacionado con el transporte. Es una computadora sobre ruedas."
Los primeros en comprender lo que Tesla había logrado fueron los tecnófilos de Silicon Valley. Estos pioneros, dispuestos a gastar cerca de 100,000 dólares en un producto que quizá no funcionara, ayudaron a Tesla a recibir la inyección de capital y confianza que necesitaba. Con el tiempo, el Model S se convirtió en un símbolo de estatus. Incluso apareció en revistas como Auto del Año.
Reflexión sobre Elon Musk y su misión
Después de leer este libro, veo a Musk como alguien que anhela y necesita resolver un problema existencial. Ve a la humanidad en peligro y quiere arreglarlo. Los errores en el trabajo o las malas ideas en reuniones no le disgustan como personas, sino como impedimentos para alcanzar ese objetivo. En un mundo donde todo se toma a lo personal, es difícil explicar este punto.
Su aparente falta de empatía está relacionada con su sensación de urgencia, como si fuera el único que comprende la magnitud de la misión. Esto lo hace menos tolerante porque sabe lo que está en juego: salvar a la humanidad y colonizar Marte.
Musk siempre dice que ruega a la gente que comprenda su objetivo, que no es prosperar en el mundo de los negocios. En 2014, anunció que Tesla pondría en código abierto todas sus patentes. Muchos creyeron que era una trampa, pero Musk explicó que quería que más personas fabricaran y compraran automóviles eléctricos. Para él, el futuro de la humanidad depende de ello. Las ideas, afirma, deben circular libremente. (Me pregunto si finalmente lo hizo).
Uno de los mayores admiradores y amigos de Musk, Larry Page (cofundador de Google), dijo:
"Bueno, ¿qué podría hacer este hombre por el mundo? Resolver el problema de los automóviles, el calentamiento global y convertir a los humanos en una especie multiplanetaria."
Inspiración personal
Termino este libro pensando que Elon Musk es excepcional. No solo tiene conocimientos de ingeniería, física, negocios, organización y liderazgo, sino también una fuerza de voluntad, determinación y perseverancia a toda prueba.
Este libro es un mensaje poderoso: nunca rendirse, trabajar por lo que crees. No tiene que ser algo tan grandioso como salvar a la humanidad. Puede ser algo más sencillo, como llevar la experiencia de comprar un ticket a niveles extraordinarios, preparar un café inolvidable, tejer una prenda especial o desarrollar un software que simplifique la vida de las personas.
Algo que realmente te apasione.
A propósito, estoy comenzando un proyecto, y este libro me dio el combustible que necesitaba. Es un aliciente poderoso.