martes, 4 de abril de 2023

Generación de Mierda

Hay algo curioso en todo esto de las generaciones y es que tendemos a pensar que la nuestra es la mejor.

Hoy en día, por ejemplo, está la llamada "generación de cristal". Básicamente se caracterizan por dramatizar todo, sufren de ansiedad y depresión. Según ellos, son más sensibles a las problemáticas actuales y empáticos por naturaleza, no critican el cuerpo ajeno y todo es culpa de la derecha, de Pinochet y de la Constitución de los ochenta. Es mucho más sencillo tener ansiedad y crisis de pánico ahora en estos tiempos, yo misma sufría mucho de eso cuando joven y lo superé a pura terapia de shock, enfrentándome así nomás, sin pastillas, sin psicólogo y aquí me tienen, loca y a punto de suicidarme.

En fin, no era de esa generación que quería hablar sino de la que me antecede, la de mis padres, tíos (y con esto los estoy incluyendo a ambos, mujeres y hombres) y un poco más allá, la de mis abuelos. Esto es personal, yo la llamaría "la generación dañada". Me pasa y no sé si les sucede a ustedes, sería genial que me comenten en los comentarios, que están llenos de traumas no tratados, que muchos se quedaron pegados en una etapa de su vida, como entre la niñez y adolescencia y de ahí no salieron más. Simplemente no maduraron, se quedaron estancados en la miseria, en la autocompasión y el egocentrismo.


Tenemos el caso de RM, no diré nombres para así no dañar la sensibilidad de nadie. Mis seres más cercanos sabrán de quién hablo.

RM es una persona brutalmente dañada, tuvo que trabajar y olvidar su niñez a muy temprana edad. Fue abusada y se casó antes de cumplir 21. En la actualidad, es incapaz de sentir algún tipo de empatía por nadie. Siempre está culpando a la vida y a su desdichada suerte. Dice que todo lo que hace lo critican, que se siente sola y siempre está quejándose por algún dolor. Nunca pregunta cómo está uno, por un interés genuino. Si le cuentas algo de ti, dirá "yo también". Hace poco le comenté con mucha alegría algo, y me dijo "yo también voy a hacer eso". El problema es que con su acción, anulaba mi alegría, ya que yo necesitaba de su ayuda y al ella hacer lo mismo, ustedes entenderán que yo ya no tendría tiempo de hacer lo que me propuse. Es como si una pareja que tiene hijos, uno de los dos decidiera estudiar, entonces uno le dice al otro: "yo también", anulando al primero, ya que alguien tiene que hacerse cargo de la casa, ¿no? Bueno, RM siempre está triste y llorando por cosas que ya pasaron. Cuando la vida le sonríe, le cierra las puertas de golpe. No entiende otro punto de vista que no sea el de ella misma.

Para los demás, vende una postura de víctima, donde nadie la va a ver y está sola, sin ayuda. Y yo me pregunto: ¿Quién paga las cuentas? ¿Quién compra la mercadería? ¿Quién se preocupa por sus horas médicas? ¿Quién a veces le lleva algo rico? Probablemente, ese alguien está siendo anulado también, con toda esa basura. Es impresionante cómo RM te responsabiliza de todo lo malo que te pasa, pero RM no. Porque RM NUNCA falla, porque RM es perfecta.

También RM sufre de ingratitud, lo he visto no solo conmigo, y en esto quiero ser enfática "no es personal", la gente que más la apoya y más cerca está, y más se desgasta por ella es relegada al pasillo de los invisibles, porque no importa lo que tú hagas por RM, RM NO VALORA nada si estás muy cerca, como el sol, que muy cerca te quemas, aquí si estás muy cerca no te ve, RM TE ve si y solo si vives a kilómetros, nunca la llamas y además tienes deudas. RM vive de ese amor por lo imposible, vive añorando una vida que jamás construyó. Es injusto que se acuerde y quiera tanto al primo que nunca la viene a ver, que hasta la fecha solo le pide favores y más favores sin devolver ninguno. Para él hay comidas ricas, hay sonrisas y lindas anécdotas y para quien está aquí de verdad con RM día a día, nada, solo miradas tristes, autodestructivas, críticas y más llanto.

Es difícil lidiar con personas que sufren de ingratitud y que no valoran a aquellos que están cerca de ellos. En el caso de RM, parece que su enfoque está en la vida que nunca construyó y en lo que le falta en lugar de valorar lo que tiene y las personas que están a su lado. Es importante recordar que todas las personas tienen diferentes formas de lidiar con sus problemas y que, a veces, pueden no ser conscientes del daño que están causando a los demás. Sin embargo, es importante establecer límites y no permitir que el comportamiento negativo de los demás nos afecte demasiado. Al final del día, cada uno es responsable de su propia felicidad y es importante priorizar nuestra propia salud mental y emocional.